Yunes y sus plumas de alquiler |
Fentanes: pluma mercenaria |
Las diatribas de Fentanes se desmienten fácilmente cuando uno investiga un poco en Internet: la equidad de género se privilegió en Morena, con 50% de aspirantes mujeres seleccionadas en el proceso interno; los supuestos "juicios en cascada" que interpondrían "centenares" de inconformes se reducen apenas a 12 o 13 juicios que ya fueron bateados por el Tribunal Electoral de Veracruz; Morena salió avante de un proceso interno que se avizoraba complejo y se conservó la unidad a pesar de las intentonas del gobernador por carcomer al partido desde adentro, valiéndose de infiltrados y los traidores que nunca faltan (saludos a Sebastián Arellano, el diputado al que le sobran sílabas). En resumen, nada de lo dicho por Fentanes se sostiene, pero como reza el dicho bien conocido por Yunes Linares, calumnia que algo queda; el chiste es tratar de enlodar a Morena, para tapar el estrepitoso fracaso yunista.
Por cierto que a Fentanes, dicen los que saben, se le recuerda como director del diario El Mundo de Poza Rica, cuando en aquella urbe petrolera quiso llegar a aplicar las mismas tácticas gangsteriles de La Opinión, otro diario de la zona, resumidas en su frase favorita me pagas o te pego. Sólo que dada la raquítica circulación de El Mundo y su nulo peso informativo, los presuntos chantajeados se reían en la cara de Fentanes y hacían caso omiso de sus amenazas. Luego de ese fracaso en su "exitosa" carrera de comunicador (?), Julio Fentanes terminó dirigiendo la línea editorial de Noreste, y la versión tropicosa del prestigiado semanario estadunidense Newsweek, edición Veracruz (al que ha convertido, para vergüenza de la publicación original, en un pasquín infecto al servicio del poder). Por si lo anterior no fuera suficiente para pintar de cuerpo entero a Fentanes, baste decir que también fungió como director del tristemente célebre semanario Centinela, cuyo lema "El periódico que no se vende" encontraba réplica en el sarcasmo jarocho que completaba: "porque ya está vendido...a Javier Duarte".
Ese es pues Julio Fentanes, el que hoy se rasga las vestiduras y se dice "preocupado" por Morena (y sí, se ve que le preocupa mucho a él y a sus patrones el avance del partido obradorista en Veracruz). Mercenario de la pluma que ha encontrado en la mini-gubernatura de Yunes un modus vivendi, como antes lo encontró en el sexenio de terror de Javier Duarte, y antes de eso en la euforia populachera de la fidelidad. Hoy difama por encargo a Morena; mañana ¿quién sabe? Podríamos verlo en los pasillos del Palacio de Gobierno buscando desesperadamente una cita con Cuitláhuac García, para ofrecerle sus servicios de sicario del periodismo, oficio al que denigra y del que ha medrado toda su vida.
Julio Fentanes es sólo uno más de los textoservidores que han ofrendado su ética y profesionalismo al altar prutefacto del chayote yunista. Piensan, los unos y los otros, que pueden seguir cobrando por engañar a la gente a través de sus medios vendidos. No se dan cuenta, no quieren darse cuenta, que la sociedad ya despertó, y cada vez son menos quienes se tragan las mentiras y calumnias que dicen por encargo de quienes los alquilan y usan como las prostitutas informativas que son.
En el argot periodístico estadunidense hay un término que define a este tipo de periodistas de alquiler. Se les llama presstitutes (literalmente traducido como: prensa prostituta) y cuya definición es: Periodistas y líderes de opinión en los principales medios de comunicación quienes dan puntos de vista sesgados y predeterminados en favor del gobierno y las corporaciones, descuidando así su deber fundamental de reportar noticias imparcialmente. Más comúnmente conocidos como las putas de los medios.
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